Los frijoles son excelentes para las personas con enfermedad renal. Además de que son accesibles y fáciles de conseguir.
¿Qué lo hace un superalimento?
Tienen un alto contenido de fibra. La fibra nos ayuda a mantenernos satisfechos durante más tiempo, a reducir el colesterol malo, el azúcar en sangre se absorbe más lento después de una comida y alimenta las bacterias buenas del intestino.
Proveen una buena cantidad de proteína por porción, lo que los hace una buena alternativa a la proteína animal.
Son una excelente fuente de hierro, nos dan casi ⅓ de la ingesta recomendada.
Ayudan a que nuestro corazón se mantenga saludable por su contenido de potasio, magnesio y baja cantidad de grasas saturadas y colesterol.
¿Es seguro para la enfermedad renal crónica?
El fósforo y el potasio que tienen los frijoles no se absorben tan bien como el de fuentes animales o artificiales como los aditivos en productos procesados. La cantidad de estos minerales depende de cómo están funcionando los riñones, la etapa de la enfermedad renal y el tipo de tratamiento.
En la mayoría de personas con enfermedad renal crónica sin diálisis o con trasplante no es necesario limitar la cantidad de fósforo y potasio, a menos que en los análisis se muestren niveles más elevados. En este caso es importante consultar a un especialista para saber en qué cantidad se deben consumir los frijoles o si es necesaria alguna técnica para reducir el potasio y/o fósforo.
En personas con enfermedad renal en diálisis o hemodiálisis lo mejor es consultar a un especialista renal para elaborar un plan de alimentación que incluya la cantidad de frijoles que se puede ingerir. Incluso es posible cambiar la carne por frijoles.
Para personas con cálculos renales de oxalato cálcico puede ser necesario limitar la cantidad, porque los frijoles tienen un alto contenido de oxalatos, por lo que es importante hablar con un profesional.
Referencia: National Kidney Foundation, 2022.
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