Frecuentemente, se aconseja a las personas que viven con enfermedad renal que limiten su ingesta de proteína para retrasar el daño de la función renal. Y esto es así porque se ha visto que seguir dietas con alto contenido de proteína por mucho tiempo, puede causar daño en los riñones. A pesar de que la reducción de proteínas se deba limitar más en personas con enfermedad renal de moderada a grave, también en fases más tempranas se pueden beneficiar de dietas con menos proteína.
Cada uno de nosotros necesita cierta cantidad de proteína todos los días para que el cuerpo funcione adecuadamente. Estas se utilizan para formar los músculos, curar heridas, combatir infecciones y mantener un buen estado de salud. La cantidad de proteína depende de la edad, sexo y salud en general. En la naturaleza encontramos proteínas tanto de origen animal, como de vegetal.
Las proteínas de origen animal cuentan con todos los aminoácidos esenciales, que son los que componen a las proteínas, y varían en cuanto a la cantidad de grasa:
Los cortes de carne roja grasas, productos lácteos enteros y yemas de huevo son lo que tienen más grasas saturadas.
El pescado, aves y productos lácteos bajos en grasa o descremados tienen un menor contenido de grasas saturadas.
Las proteínas de origen carecen de uno o más de los aminoácidos esenciales.
Los alimentos que tienen proteína son los frijoles, lentejas, garbanzos, frutos secos, cremas de nueces, semillas y cereales integrales.
Una dieta basada en plantas puede alcanzar los requerimientos de proteínas si hay una buena planificación y variedad en la dieta.
Son ricas en fibra y bajas en grasas saturadas.
Cuando el cuerpo utiliza proteínas, se produce un producto de desecho conocido como urea. Si los riñones no funcionan adecuadamente, este producto no se elimina como debería y se acumula en el organismo causando náuseas, pérdida del apetito, debilidad y alteraciones del gusto. Al reducir la cantidad de proteínas, además de evitar los síntomas, se disminuye la carga de trabajo de los riñones de eliminar la urea acumulada.
Es importante limitar proteínas en personas con enfermedad renal que se encuentren en etapas 1 a 4. Entre más productos de desecho se acumulen en sangre, mayor trabajo para los riñones para su eliminación. Lo que puede sobrecargarlos y desgastarlos más rápido, provocando que avance la enfermedad. Si no se recibe un tratamiento como diálisis o hemodiálisis, se recomienda una dieta baja en proteínas. Limitar las proteínas e incluir más alimentos de origen animal ayudan a retrasar la pérdida de la función de los riñones.
Personas en etapa 5 que se encuentran en terapia de diálisis se recomienda aumentar las proteínas de la dieta. Una vez comenzada la terapia, los requerimientos de proteína aumentan porque la diálisis elimina los desechos de proteína de la sangre.
Para saber exactamente la cantidad y el tipo de proteína que se deben consumir, se debe acudir a un nutriólogo especialista en nutrición renal. Es importante vigilar la función renal para detectar cualquier cambio necesario en la dieta.
Fuente: National Kidney Foundation, 2022.
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